Sección 212 (h) de la Ley de Inmigración y Nacionalidad establece que el Fiscal General puede, a su discreción, renunciar a la aplicación del párrafo 212 (a) (2) (A) (I) (delitos de vileza moral), 212 (a ) (2) (B) (varias condenas penales), 212 (a) (2) (D) (prostitución y el vicio comercial), 212 (a) (2) (E) (ciertos extranjeros que han afirmado inmunidad judicial) y 212 (a) (2) (A) (i) (II) (un delito de posesión simple de 30 gramos o menos de marihuana).

En la práctica, la mayoría de los inmigrantes deportados que puedan beneficiarse de la renuncia 212(h) lo harán sobre la base de que tienen una o más condenas por un delito de vileza moral (CIMT), o una sola condena por posesión de 30 gramos o menos  de marihuana. Por ejemplo, hay muchas personas que vivían en los Estados Unidos por muchos años sin un estatus migratorio, y luego fueron arrestados por tener un porro, o una bolsita de marihuana. Después de que se declaran culpables, Inmigración y Servicios de Seguridad (ICE) los lleva a detención y son ya sea deportados o aceptan la salida voluntaria.

Otras veces, las personas fueron detenidas por robo o un delito menor de violencia doméstica. Después de declararse culpable, estas personas son a menudo detenidas en Inmigración y Servicios de Seguridad (ICE), en donde aceptan la salida voluntaria de la deportación. Estos son considerados como delitos de vileza moral, y si alguien se declara culpable de un delito que implique depravación moral - o incluso a la posesión de un poco de marihuana - están sujetos a detención obligatoria una vez que llegan a un centro de detención (si que no tienen estatus migratorio). Muchas veces, los funcionarios de inmigración, o los jueces de inmigración, no se establecen bonos para estas personas, o si lo hacen, los bonos son tan altos que es imposible para sus familiares y amigos reunir el dinero para pagar el bono en un futuro cercano.

Así que toman la difícil decisión de aceptar una deportación o una salida voluntaria, pensando que van a "arreglar sus papeles" fuera del país. La buena noticia es que, para muchas de estas personas, existe la esperanza de regresar a los Estados Unidos, a veces con la ayuda de la renuncia de inadmisibilidad 212(h).